Hacia un estilo de vida bajo en emisiones de CO2
Así como la Responsabilidad Social Empresarial busca conocer y gestionar los impactos sociales y ambientales de la empresa de frente a sus grupos de interés o stakeholders, el Cálculo de Huella de Carbono o CO2 busca medir, evitar y compensar el impacto ambiental de nuestras actividades, sea a nivel empresarial o personal. Y es que si no logramos un modelo de desarrollo que nos asegure un equilibrio entre la sociedad, el medioambiente y la economía, no podremos alcanzar entonces un Desarrollo Sostenible.
El problema
El incremento exponencial de gases de efecto invernadero en nuestro planeta, esencialmente el dióxido de carbono (CO2), ha generado un aumento en la temperatura promedio, un efecto que ha sido denominado Calentamiento Global. En gran medida, el factor de emisión más influyente es la dependencia y quema de combustibles fósiles para la generación de los productos y servicios que mantienen el estilo de vida de la sociedad moderna. Desde la revolución industrial, los niveles de CO2 en nuestro medioambiente se han ido multiplicando como nunca antes, al punto de convertirse en una amenaza para el desarrollo sostenible de nuestras generaciones presentes y futuras.
Según las Naciones Unidas, nuestro país emite alrededor de 36 millones de toneladas de CO2 al año, apenas un 0.003% de la emisión mundial de 39 mil millones. No obstante, somos el tercer país con mayor nivel de emisiones del Caribe, promediando una huella de 3.6 toneladas de CO2 por persona por año.
La solución: ¡Menos es más!
Lo que no se mide no se gestiona. El cálculo de huella de carbono permite hacer un inventario de emisiones de CO2 por cada actividad realizada y recurso consumido. Adoptar un estilo de vida bajo en carbono requiere de una toma de conciencia sobre el consumismo, entendido como la acción de consumir algo que realmente no necesitas. Cada consumo innecesario es un agotamiento injusto de recursos al planeta y un aumento de la huella de carbono global.
1er paso: ¡EVITAR!
En tu próxima compra, como empresa o como persona, pregúntate si realmente necesitas eso que quieres consumir. Si aún sigue siendo necesario, piensa en cuáles opciones existen para elegir y dentro de ellas valida si existe una opción ecoeficiente, con alguna certificación ambiental o de producción local para evitar el impacto ambiental de la importación. Investiga si eso que necesitas existe en algún material reciclado o qué facilidad tiene de reciclarse una vez concluido su uso en caso de ser un producto. Analiza el perfil ambiental de tus proveedores a ver si te suministran algún valor agregado a nivel social o ambiental.
2do ¡MEDIR!
Calcular tu huella de carbono personal puede ser más fácil en la actualidad debido a la diversidad de calculadoras personales que existen en internet. No obstante, para poder calcular la huella de tu producto o servicio, tu empresa, procesos, departamentos o eventos, debes contar con un personal especializado que pueda proveerte de estándares verificables y avalados globalmente, como por ejemplo ser un experto autorizado por la Carbon Trust, entidad referente a nivel mundial en cuanto a cálculo de huella de carbono.
3ro ¡COMPENSAR!
Desde reforestar, reciclar o adquirir créditos de carbono, las opciones de compensación de tu huella son muchas. Eficientizar el uso de la energía, el agua y demás recursos en general, siempre serán acciones que permitirán reducir tu huella y mejorar a la vez la rentabilidad de tu negocio.
La gestión racional y eficiente de tu huella de carbono o tus emisiones de CO2, te permitirán gestionar de forma responsable tu empresa y motivar a la acción a tu equipo humano, clientes y demás grupos de interés, además de convertirse en un elemento de diferenciación. Pero recuerda que la mejor gestión de huella de carbono no será aquella que compenses, sino aquella que evites.